Mira tú que Bono es uno de mis políticos más odiados, junto con Ibarra y cualquiera del PP. Escoja usted uno al azar...Aún así, las imágenes que tuve la desgracia de ver, durante la manifestación de las víctimas del terrorismo me produjeron además de asco, una gran vergüenza ajena. Vergüenza en primer lugar por lo bochornoso del espectáculo, y luego, vergüenza por pertenecer a una sociedad (muy a mi pesar...) donde las ideas se defienden a golpes, donde a todo aquel que no piensa como nosotros se le llama terrorista. Un país donde los que se llenan la boca hablando de democracia se llenan luego los puños de odio y de rabia. Y sobre todo, sentí mucha vergüenza y asco por lo politizada que está esa asociación de víctimas del terrorismo. Politizada sobre todo por la derecha española. Las víctimas no pertenecen a ningún partido. Víctimas somos todos, que se nos dice. La instrumentalización que se hace de dicha asociación le hace perder toda credibilidad.
Ahora resulta que entre los agresores identificados, aparece gentuza del Partido Popular. Esos mismos que gritan TERRORISTAS con la boca llena de babas y de odio tanto a un etarra como a quien propone un referéndum sobre autodeterminación o a un nacionalista. Esos que llaman asesino tanto a quien pega el tiro en la nuca como a como a quien realiza un documental que no es de su agrado. Como pasó con el gran director Julio Médem. Para ellos, todo es lo mismo. Son los que luego claman al cielo pidiendo respeto. Los que se quejan amargamente de que no pueden defender sus ideas en el País Vasco sin poner en riesgo su integridad física. Son esos los que luego agreden, insultan y desprecian a quien piensa diferente. Y la gente los seguirá votando, y la gente seguirá quedándose sin razones para defender esa idea de una España unida.
Esa idea rancia de una España única.